Cabreados e indignados, pero nunca vencidos

Perséfone me escribió un comentario en el último post que publiqué y, al leerla, me di cuenta de que valía la pena hacer un alto y recordar que el desánimo nunca ha de poder con nosotros. El cabreo aumenta a medida en que aumentan los despropósitos, las necedades y las mentiras, pero el cabreo y la indignación no pueden hacer olvidarnos de nuestras razones y del horizonte al que llegaremos, más tarde o más temprano. Así que pongámosle un poco de alegría a todo esto y, si tenéis a alguien al lado, subid el volumen y a bailaaaaaaar.





1 comentario:

Perséfone dijo...

Antes de nada, muchísimas gracias por tomarte la molestia de crear una entrada para contestarme. Y gracias también por el vídeo, con el que has conseguido robarme más de una sonora carcajada jajaja.

Ahora sólo me queda darte la razón: el cabreo, la indignación y hasta la tristeza en que se halla sumida la población serán sin duda el mejor motor para esa lucha por hacernos valer. Precisamente por ello, y aunque a veces parezca que sea simple desánimo, es más bien la impaciencia la que últimamente habla por mí.

¿Vencidos? ¡¡Ni de coña!! Eso es lo que ellos quisieran. Tarde o temprano todo esto estallará, de eso no hay duda. Pero tengo que admitir que la espera se me está haciendo ETERNA.

A nuestro favor diré que empieza a sorprender la enorme cantidad de protestas espontáneas que se están viviendo durante los últimos tiempos: 15-M, yayoflautas, profesores, afectados por la hipoteca e intuyo que un largo etcétera.

¿Habremos despertado por fin?

Un abrazo grande.