El terrible duelo entre De Guindos y Schäuble


Santiago es una ciudad húmeda, pero muy clara y liviana cuando hace bueno. El lunes 30 de abril, quiero imaginarme la ciudad recortada sobre el azul intenso que aparece en el cielo los días soleados de primavera. También me imagino al ministro De Guindos recibiendo a su homónimo alemán, el señor Schäuble. Los saludos cordiales, las muestras de reconocimiento y una cierta familiaridad necesaria para que la imagen sea bien recogida por los fotógrafos. La imagen es importante, sobre todo cuando el visitante es quien es. Mercados, bancos y agencias de calificación tomarán buena nota. Al pueblo... al pueblo cualquier cosa ya les va bien, al fin y al cabo nada de esto les importa demasiado.
Me los imagino después sentados el uno frente al otro y me imagino a De Guindos rompiendo el hielo, "mi querido Schäuble, salude usted en nombre del presidente Rajoy y en el mío propio a la cancillera Merkel. Ustedes saben que siempre pueden contar con nosotros y que España no les va a defraudar. Pero, ahora que ya estamos a solas, me gustaría dejar las cosas bien claras desde el principio. Estamos preocupados, muy preocupados, y me gustaría que usted pudiera ofrecernos algún motivo para dejar de estarlo. Verá, queremos ver cómo van ustedes a cuadrar las cuentas y qué tipos de medidas van a tomar para reconducir la economía de Alemania. Le seré sincero, seguimos con preocupación todas las decisiones que toman, pero, sobre todo, nos inquietan las que todavía no han abordado. No quisiera ser excesivamente tajante, pero España no apoyará a Alemania si ustedes no hacen un esfuerzo por recortar el dispendio social y el descontrol en el gasto. Hemos llegado al límite y, o bien son ustedes los que ejecutan las reformas que convienen, o seremos nosotros los que acabaremos por intervenir su economía. Tenemos poco tiempo y la paciencia de nuestro presidente Rajoy se agota". Me imagino al pobre Schäuble atemorizado, tragando saliva, buscando las palabras que puedan calmar la agresividad del ministro De Guindos, que, impasible, continúa con su perorata sin darle tiempo a reaccionar, "Y dicho esto, me gustaría abordar cuanto antes los pormenores de esta reunión. No estamos para perder tiempo, así que, si no tiene inconveniente, empecemos a evaluar los datos que tiene que presentarme. Supongo que habrá recopilado toda la información que les hemos exigido, ¿verdad? La Comisión Europea tienen suficiente con los números que ya les han facilitado, pero nosotros queremos tener información de primera mano, completa y fidedigna, sin maquillajes. Si después son necesarios retoques o medidas más profundas, podrán incluirlos antes de la reunión de junio, ¿no es cierto?". Vuelvo a imaginarme al ministro Schäuble tragando de nuevo saliva, intimidado por la figura de De Guindos y su abierto menosprecio a embaucadores y mentirosos. En el fondo, hay algo de admiración y respeto, y piensa que su figura se agiganta cuando sacude la palabra como un azote, o como si fuera el rayo de un dios. Así que el ministro alemán sólo puede soltar un, "de acuerdo, señor ministro, empecemos cuanto antes", e inmediatamente hace una señal a su asistente para que saque, de un portafolios de piel negra, listados, estudios y dosieres. El sudor recorre la espalda del alemán porque sabe que, si todo va bien, salvará a su país del castigo de bancos y fondos de inversión, "debo convencer a estos españoles como sea", piensa en silencio. Me los imagino así porque todos sabemos que es imposible –afortunadamente para Alemania.

1 comentario:

MDF dijo...

Spain. Propuesta para un debate popular (III).

Constitución de la Unión de Repúblicas Socialistas Hispánicas (URSH)

Capítulo I.- ORGANIZACION SOCIAL

Artículo 5.- La propiedad socialista tiene en la URSH cuatro formas: propiedad del Estado (patrimonio de todo el pueblo), propiedad cooperativa (perteneciente a las asociaciones de productores), propiedad privada de los instrumentos y medios de producción, y propiedad individual o colectiva como usuarios finales de la cadena productiva.

Artículo 6.- Son propiedad del Estado, es decir, patrimonio de todo el pueblo, la tierra y los bosques, como materias primas o instrumentos de producción no integrados en otras formas activas de explotación, el subsuelo, las aguas, los instrumentos y medios de producción privados cuya explotación haya sido abandonada, las minas, el transporte ferroviario, acuático, aéreo y de energía, los bancos, los medios de comunicación, garantizando las libertades de opinión, expresión y ejercicio independiente de los profesionales que en ellos desarrollen su labor, y las grandes empresas agropecuarias organizadas por el Estado, así como las empresas de servicios municipales y el fondo fundamental de viviendas en las ciudades y localidades industriales. Queda prohibida la enajenación de cualquier bien propiedad del Estado.

Artículo 7.- La propiedad social o de las organizaciones cooperativas está constituida por sus empresas comunales, sus bienes muebles, inmuebles y semovientes, la producción que obtienen y sus edificios colectivos. La tierra propiedad del Estado que ocupan las cooperativas les queda adscrita en usufructo gratuito y por tiempo ilimitado, es decir, a perpetuidad. Además del ingreso fundamental de la hacienda común agrícola, cada hogar cooperativista tiene en propiedad individual o colectiva, de acuerdo con los Estatutos que lo desarrollen, una pequeña parcela y posee en ella en igual tipo de propiedad una hacienda auxiliar, casa de vivienda, ganado, aves de corral y aperos de labranza.

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