El oscuro encanto del fútbol

Ya, ya sé que soy mujer y que, por lo tanto, muchos pensarán que no entiendo nada. Pero por eso precisamente escribo, porque no entiendo. Por motivos que no vienen al caso, veo -no leo, pero veo- de cuando en cuando algún diario deportivo, también me topo -sin querer- con noticias deportivas en la telelvisión, y me pasma que se puedan decir tantas banalidades tan seguidas y que puedan interesar a tantas almas. Aunque ellos -los hombres- no se lo crean, también yo tengo mi equipo preferido y disfruto cuando gana. Me gusta ver de cuando en cuando un partido de futbol e incluso me deleito viendo jugadas que demuestran una gran pericia. Seguro que hay muchas horas de entrenamiento detrás, no lo dudo. Pero, ¿todo eso es tan importante como para llenar páginas y páginas de periódicos o tantas horas al día en las televisiones? De verdad que no lo entiendo.

Los periódicos deportivos venden noticias inventadas -absolutamente inventadas- que mantienen la tensión de si se fichará por una vergonzosa cantidad de dinero a un tocapelotas -en el sentido deportivo del término- o a otro. Todos los entrenadores -absolutamente todos- dicen obviedades y engarzan discursos torticeros -absolutamente torticeros- sobre el porqué de sus sinsabores futbolísticos. Además, hacen llamamientos a la hombría, al honor de los colores de la camiseta, al orgullo de pertenecer a un club, incluso a la defensa patriótica. Yo también lo haría por bastante menos dinero que ellos -incluso lo de la hombría-. Se endiosa a entrenadores y se les toma como referentes éticos o profesionales, o se les convierte en héroes nacionales -pero, nacionales de nación, cuidado-. ¿Es que somos tan ridículos de creernos todas esas pamplinadas? ¿A alguien le interesa de verdad si se resfría Ronaldo o Messi? Se escuchan cosas del tipo: "hoy se les ha visto sonreir" -¡milagro, futbolistas que sonríen!-, "se han entregado duramente a un entrenamiento de 45 minutos" -¡dioses, eso es lo que son!-, "parece que ya no tiene molestias en el pubis" -¡será que se los ha dejado de tocar!-, "un día frenético firmando autógrafos" -¡debe ser firmando autógrafos colgados de un andamio!-, "han sudado la camiseta" -¡qué menos! ¿O es que después las lavan ellos?-. Seguramente soy yo la rara, pero ¿por qué me parece todo eso tan ridículo?

1 comentario:

Vania dijo...

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